Fue el famoso dramaturgo británico William Shakespeare quien afirmó que: «El alcohol provoca el deseo, pero frustra la ejecución». Sigue leyendo para saber más sobre cómo afecta el alcohol a la salud, el deseo y el funcionamiento sexual masculino
Millones de personas en todo el mundo disfrutan del alcohol de forma habitual, por lo que, si también tienes el hábito de beber de vez en cuando, sin duda estás en buena compañía. De hecho, para muchas personas tomar una copa es una forma agradable de relajarse, socializar con amigos y compañeros de trabajo o simplemente desconectar al final de un día ajetreado.
Un consumo moderado de alcohol puede reducir las inhibiciones, aumentar la libido e incluso la sensación de bienestar y la autoestima, al menos a corto plazo. Pero el alcohol puede tener un impacto negativo en la salud del organismo a corto y largo plazo, incluida la sexualidad. Esta es la razón por la que la mayoría de los expertos aconsejan limitar el consumo de alcohol a no más de 14 unidades a la semana en hombres (siendo 1 unidad: 1/2 copa de vino -125 ml- o 1 cerveza -250 ml-), o lo que es lo mismo, no superar los 20 g. de alcohol al día, según las últimas recomendaciones del Ministerio de Sanidad.
La disfunción eréctil y el alcohol
Entre el alcohol y el sexo existe una relación compleja. Por ejemplo, según un estudio sobre la disfunción eréctil psicológica, publicado en el Journal of Sexual Medicine, el consumo moderado de alcohol (1-2 unidades diarias) puede, por un lado, aumentar el deseo sexual y, por otro, disminuir la ansiedad por el desempeño. Estos dos parámetros pueden mejorar significativamente las relaciones sexuales, especialmente la disfunción eréctil. Sin embargo, el consumo excesivo de alcohol tiene exactamente el efecto contrario en la función sexual masculina.
La disfunción eréctil por consumo de alcohol suele ser (aunque no siempre) una afección temporal, que se produce cuando los hombres beben cantidades excesivas de alcohol antes de mantener relaciones sexuales. En esta situación, el hombre suele tener problemas para mantener la erección de forma que le resulta imposible mantener relaciones sexuales con penetración: puede que solo consiga una erección parcial o ninguna en absoluto.
Disfunción eréctil por alcohol: ¿por qué sucede?
La disfunción eréctil suele ser el resultado de varios factores, y puede resultar difícil, desde una perspectiva científica, aislar una variable del resto para estudiarla.
A pesar de esta dificultad, los investigadores generalmente están de acuerdo en que el beber en exceso afecta la función sexual masculina en los siguientes mecanismos:
Efecto inhibidor sobre el sistema nervioso central
El alcohol (al igual que la nicotina, la cafeína y otras sustancias adictivas) tiene un efecto psicoactivo que puede afectar el funcionamiento sexual1. El sistema nervioso central (SNC) está compuesto por el cerebro y la médula espinal, y cuando está inhibido (deprimido) sus funciones se ralentizan, incluyendo el pensamiento y el razonamiento, los tiempos de reacción, las habilidades motorices y la coordinación.
En consecuencia, las señales neurales entre el cerebro y el pene también se ralentizan considerablemente, por lo que las erecciones pueden tardar mucho más en producirse.
Otra posibilidad es que la comunicación neural falle por completo y se manifieste en una incapacidad temporal para lograr una erección. Esta situación puede durar unas horas, hasta que la función completa se restablece gradualmente al recuperar la sobriedad.
Estos episodios de disfunción eréctil se consideran bastante frecuentes, especialmente entre los hombres que consumen regularmente más de tres unidades de alcohol (12 gramos de etanol) al día. Sin embargo, el consumo excesivo y prolongado de alcohol, que da lugar a la adicción, podría incluso causar daño neural en el pene, lo que derivaría en una disfunción eréctil permanente.
Efecto sobre el flujo sanguíneo al pene
El alcohol tiene un efecto vasodilatador sobre los vasos sanguíneos, por lo que en grandes cantidades puede manifestarse en una disminución de la presión arterial. Además, el alcohol es un diurético y la micción excesiva disminuye el volumen de sangre en el cuerpo. Todos estos factores afectan la capacidad de lograr una erección, ya que las erecciones requieren un volumen de sangre y un flujo sanguíneo considerables al pene.
Por último, la deshidratación, junto con la consiguiente reducción de la presión arterial, podría provocar un aumento del nivel de angiotensina, una hormona que favorece la constricción de los vasos sanguíneos, lo que podría limitar aún más el flujo sanguíneo al pene.
¿Qué ocurre con el consumo excesivo y crónico de alcohol?
El consumo excesivo y crónico de alcohol puede afectar, directa o indirectamente, a casi todos los sistemas de órganos del cuerpo2. Los estudios han revelado3 que la prevalencia de la disfunción eréctil grave entre los hombres alcohólicos es tres veces mayor que en los hombres no alcohólicos de la misma edad.
En un estudio en el que se entrevistó a 44 hombres alcohólicos4, se descubrió que el 59 % experimentaba disfunción eréctil durante los periodos de consumo excesivo de alcohol y el 84 % declaraba alguna disfunción sexual relacionada con el abuso de alcohol, en particular una disminución significativa del deseo sexual. Otros tipos de disfunción sexual incluían problemas de eyaculación (eyaculación precoz, retardada o ausente).
Por lo tanto, el consumo excesivo y crónico de alcohol5 podría interferir en todas las fases de la respuesta sexual masculina, especialmente en el deseo sexual y la función eréctil.
En pruebas diseñadas para evaluar la rigidez nocturna del pene6 se observó que los hombres alcohólicos tenían más probabilidades de tener menos erecciones nocturnas, más lentas y menos rígidas que los hombres no alcohólicos. Otro estudio sugirió que muchos alcohólicos padecían disfunción eréctil incluso después de años de sobriedad, posiblemente debido al daño neurológico permanente causado por el consumo prolongado de alcohol.
Algunos hombres alcohólicos crónicos también pueden experimentar un síndrome de feminización, caracterizado por la contracción testicular (atrofia), la disminución del vello corporal y el aumento de las mamas (ginecomastia). Estos fenómenos físicos, además de la disfunción eréctil, están asociados a la cirrosis hepática avanzada7.
Las alteraciones en los hombres del consumo excesivo de alcohol
La razón principal está relacionada con el efecto que el consumo excesivo y crónico de alcohol tiene sobre el hígado, y con una alteración del metabolismo de las hormonas masculinas que afectan la función sexual:
- Al beber alcohol, el organismo descompone el etanol que contiene. Esto provoca una reducción de la cantidad de una coenzima llamada NAD+, que desempeña un papel en la producción de testosterona testicular y en su metabolismo en el hígado.
- Entre los hombres alcohólicos se observó una reducción de los niveles de testosterona en sangre, debido al aumento de los procesos enzimáticos en el hígado, que aceleran el ritmo de descomposición y eliminación de la testosterona.
- El consumo excesivo y continuado de alcohol puede provocar un aumento de la hormona sexual femenina estrógeno en los hombres. Al mismo tiempo, puede producirse un aumento de la hormona cortisol, que favorece la descomposición de la testosterona e inhibe su producción en los testículos8.
- El consumo excesivo y crónico de alcohol podría interferir con el ciclo del sueño y, en consecuencia, comprometer la capacidad del organismo para producir testosterona.
La disminución de los niveles de testosterona también puede afectar la función sexual y la libido, además de interferir en la producción de esperma en los testículos y causar problemas de fertilidad.
En conclusión, el consumo excesivo y prolongado de alcohol podría afectar los diversos aspectos relacionados con la salud sexual masculina.
Aunque consumir una o dos bebidas alcohólicas al día no causa ningún daño, el consumo excesivo de alcohol podría influir en los niveles de testosterona y en todas las fases de la respuesta sexual masculina, incluido el deseo sexual, la excitación y la eyaculación.
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[1] https://www.researchgate.net/publication/274924862_Alcohol_Dependence_and_Sexual_Dysfunction_a_clinical_review
[2] https://core.ac.uk/download/pdf/82131458.pdf
[3] O’Farrell TJ, Kleinke CL, Cutter HS. Sexual adjustment of male alcohol-ics: changes from before to after receiving alcoholism counseling with and without marital therapy. AddictBehav 1998;23:419–25.
[4] Mandell W, Miller CM. Male sexual dysfunction as related to alcohol consumption: a pilot study. Alcohol Clin Exp Res 1983;7:65–9.
[5] https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/3070052/
[6] Nyder S, Karacan I. Effects of chronic alcoholism on nocturnal penile tumescence. Psychosom Med 1981;43:423–9.
[7] Leiblum SR, Rosen RC. Alcohol and human sexual response In: Powell DJ, ed. Alcoholism and Sexual Dysfunction: Issues in Clinical Management. Binghampton, New York: Haworth Press, 1984:1–16.
[8] https://jamanetwork.com/journals/jama/fullarticle/1029127
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